La industria automotriz atraviesa la transformación más radical de su historia centenaria, pasando de ser un negocio basado en la venta de productos manufacturados a un ecosistema de movilidad y servicios digitales. En este contexto de cambio de paradigma, Stellantis ha dado un golpe sobre la mesa al anunciar una colaboración sin precedentes que reúne a cuatro gigantes de sectores complementarios para resolver el rompecabezas del transporte autónomo. La alianza formada junto a NVIDIA, Foxconn y Uber Technologies no es simplemente un acuerdo de desarrollo, sino la consolidación de una cadena de valor completa diseñada para llevar los vehículos autónomos de Nivel 4 a una escala comercial masiva. Esta iniciativa, que tiene como horizonte el inicio de producción para el año 2028, busca democratizar el acceso a una movilidad segura, eficiente y sostenible mediante el despliegue de flotas de robotaxis en ciudades clave de todo el mundo, comenzando por Estados Unidos.

El núcleo de esta estrategia reside en la comprensión de que la conducción autónoma ya no es un desafío que un solo fabricante pueda resolver de manera aislada. La complejidad tecnológica, los requisitos de capital y la necesidad de plataformas de operación global exigen la integración de competencias específicas. En este cuarteto industrial, cada actor desempeña un papel insustituible que cimenta la viabilidad del proyecto. Stellantis aporta su vasta experiencia centenaria en ingeniería y fabricación de vehículos a escala global; NVIDIA provee el cerebro digital con su liderazgo indiscutible en inteligencia artificial y computación de alto rendimiento; Foxconn se suma con su capacidad inigualable en la integración de sistemas electrónicos y hardware avanzado; y finalmente, Uber cierra el círculo ofreciendo la red de transporte y la base de usuarios más grande del mundo para operar estos vehículos.
La ambición técnica del proyecto se centra en alcanzar y consolidar el Nivel 4 de autonomía. A diferencia de los sistemas de asistencia al conductor que predominan en el mercado actual, clasificados generalmente como Nivel 2 o 2+, el Nivel 4 implica una capacidad de operación totalmente sin conductor en condiciones y áreas geográficas específicas, sin necesidad de intervención humana. Para lograr esto, la colaboración se sustentará en las plataformas "AV-Ready" de Stellantis, específicamente diseñadas para integrar la tecnología autónoma desde su concepción y no como un añadido posterior. Los modelos seleccionados para esta primera fase son la van mediana K0 y la plataforma STLA Small, vehículos que ofrecen la versatilidad necesaria para adaptarse tanto al transporte de pasajeros como a la logística urbana.
El corazón tecnológico de estos futuros robotaxis será la arquitectura NVIDIA DRIVE AGX Hyperion 10. Esta plataforma representa la cúspide de la computación a bordo, proporcionando la potencia necesaria para procesar en tiempo real los terabytes de datos generados por los sensores del vehículo. Jensen Huang, fundador y CEO de NVIDIA, ha descrito este avance no solo como un hito automotriz, sino como un salto cuántico en la capacidad de la inteligencia artificial. Bajo esta visión, el vehículo deja de ser una máquina mecánica para convertirse en un robot sofisticado capaz de ver, percibir, planificar y ejecutar maniobras con una precisión que la compañía califica de sobrehumana. El sistema integra el sistema operativo NVIDIA DriveOS, que cuenta con certificación de seguridad, y el software NVIDIA DRIVE AV, diseñado específicamente para gestionar las complejidades del tráfico urbano sin supervisión humana.
Por su parte, el papel de Foxconn es fundamental para materializar esta sofisticación digital en un producto físico fiable. La compañía, conocida mundialmente por ser el mayor fabricante de electrónica por contrato, colaborará estrechamente con Stellantis en la integración de los sistemas y el hardware. Young Liu, presidente de Foxconn, ha subrayado que la movilidad autónoma es una prioridad estratégica dentro de su programa de vehículos eléctricos. Su participación asegura que la integración de los sensores avanzados, las unidades de procesamiento de alto rendimiento (HPC) y los sistemas de redundancia necesarios para la seguridad se realicen bajo estándares de calidad y eficiencia que permitan una producción en masa viable económicamente. Esta sinergia entre el fabricante de automóviles y el gigante de la electrónica busca optimizar el costo total de propiedad, un factor crítico para que los operadores de flotas puedan ofrecer tarifas competitivas a los usuarios finales.
La dimensión comercial y operativa del acuerdo recae sobre los hombros de Uber, que se prepara para transformar su modelo de negocio integrando activos físicos propios o gestionados directamente en su red. La compañía de movilidad tiene previsto desplegar miles de estos robotaxis fabricados por Stellantis, comenzando con una flota inicial de cinco mil unidades. Este movimiento es estratégico para Uber, cuyo CEO, Dara Khosrowshahi, ha destacado la importancia de asociarse con fabricantes que puedan integrar la tecnología de punta de NVIDIA a gran escala. La operación comenzará en ciudades seleccionadas de Estados Unidos, sirviendo como campo de pruebas para validar no solo la tecnología, sino también la aceptación del usuario y la viabilidad económica del servicio antes de una expansión global más agresiva.
El cronograma establecido por la alianza refleja un enfoque pragmático y realista frente a las promesas a menudo incumplidas de la conducción autónoma en la última década. Con el inicio de producción previsto para 2028, las compañías han trazado una ruta industrial clara que prioriza la seguridad y la validación regulatoria. Antes de que los vehículos lleguen a la línea de montaje masivo, se llevarán a cabo extensos programas piloto y fases de prueba que aumentarán progresivamente en los próximos años. Este calendario permite madurar la tecnología y trabajar de la mano con los reguladores para garantizar que el marco legal esté listo para recibir flotas de vehículos sin conductor en las vías públicas.
Es importante destacar que esta iniciativa no surge en el vacío, sino que complementa otras maniobras estratégicas de Stellantis en el tablero global. Recientemente, la compañía anunció un acuerdo con Pony.ai para desarrollar y probar vehículos autónomos en Europa. Mientras que la colaboración con Pony.ai parece enfocarse en abrir el mercado europeo y probar tecnologías en entornos urbanos del viejo continente, la alianza con NVIDIA, Uber y Foxconn apunta claramente a la escalabilidad industrial y al dominio del mercado norteamericano en una primera instancia. Esta dualidad en la estrategia permite a Stellantis diversificar sus riesgos y mantener abiertas múltiples rutas comerciales y tecnológicas, asegurando su relevancia independientemente de qué región o tecnología madure más rápido.
La arquitectura técnica propuesta promete redefinir los estándares de seguridad y fiabilidad en el sector. Las plataformas de Stellantis integrarán redundancias de sistema críticas, lo que significa que los frenos, la dirección y la alimentación eléctrica tendrán sistemas de respaldo duplicados para actuar en caso de fallo del sistema principal, un requisito indispensable para eliminar el volante y los pedales. Además, la fusión de sensores incluirá cámaras de alta resolución, radares y tecnología LiDAR, procesados centralmente por la supercomputadora de NVIDIA. Antonio Filosa, CEO de Stellantis, ha enfatizado que estas plataformas han sido construidas para satisfacer una demanda creciente de opciones de transporte más asequibles, posicionando la movilidad autónoma no como un lujo, sino como una herramienta para democratizar el transporte eficiente.
El impacto potencial de esta alianza va más allá de las propias empresas involucradas; tiene el potencial de alterar la planificación urbana y la economía del transporte. Si Uber logra desplegar con éxito flotas masivas de robotaxis con un costo operativo significativamente menor al de los vehículos con conductor humano, el costo por kilómetro para el usuario podría descender por debajo del costo de propiedad de un vehículo privado. Esto aceleraría la transición hacia el modelo de "Movilidad como Servicio" (MaaS), reduciendo la necesidad de estacionamientos en los centros urbanos y optimizando el uso de los vehículos, que actualmente pasan la mayor parte de su vida útil aparcados.
El acuerdo se ha formalizado a través de un Memorando de Entendimiento no vinculante, una figura legal que establece el marco de trabajo pero mantiene la flexibilidad necesaria para adaptarse a un entorno tecnológico y regulatorio en constante cambio. Este formato permite que las partes continúen explorando otras colaboraciones paralelas, lo cual es común en la industria actual donde la "coopetencia" (cooperar con competidores) es frecuente. Sin embargo, la alineación de objetivos entre Stellantis, NVIDIA, Foxconn y Uber sugiere un compromiso profundo para llevar este proyecto a buen puerto, dado que el éxito de cada uno depende intrínsecamente de las capacidades de los otros tres.
Desde la perspectiva de la ingeniería de software, la contribución de NVIDIA incluye las funciones L4 Parking y L4 Driving. Esto significa que los vehículos no solo serán capaces de transportarse de un punto A a un punto B en tráfico complejo, sino que también podrán gestionar su propio estacionamiento y recuperación en infraestructuras diseñadas o adaptadas para ello. La capacidad de un vehículo para dejarnos en la entrada de un destino y retirarse autónomamente a una base de carga o a buscar otro pasajero es clave para la eficiencia operativa de la flota, eliminando tiempos muertos y congestión innecesaria en zonas de alta demanda.
El anuncio de Stellantis junto a NVIDIA, Foxconn y Uber marca un punto de inflexión en la carrera hacia el vehículo autónomo. Lejos del optimismo desmedido de años anteriores, este proyecto se presenta con una estructura industrial sólida, roles claramente definidos y un horizonte temporal sensato hacia 2028. Al combinar la excelencia en manufactura automotriz, el liderazgo en inteligencia artificial, la precisión en electrónica de consumo y la logística de movilidad global, esta alianza tiene todos los ingredientes necesarios para convertir la promesa de los robotaxis en una realidad cotidiana. La integración de hardware automotriz robusto con software de IA avanzado en un paquete homologable a gran escala es, sin duda, el camino crítico para transformar la manera en que el mundo se mueve, haciendo el transporte más seguro, accesible y eficiente para las generaciones futuras.
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