¿Qué está pasando con los autos híbridos y eléctricos en México?

¿Qué está pasando con los autos híbridos y eléctricos en México?

El rugido de la innovación en la industria automotriz mexicana ha encontrado un bache inesperado. Mientras que en el panorama global los vehículos de nueva tecnología (híbridos, eléctricos e híbridos conectables) avanzan a un ritmo vertiginoso, en nuestro país, algo parece haber frenado el entusiasmo. Un reciente informe de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha encendido las alarmas: las ventas de este segmento registraron un retroceso en julio de 2025, un hecho que, aunque aislado, plantea preguntas cruciales sobre el futuro de la movilidad sostenible en México.

Que-esta-pasando-con-los-autos-hibridos-y-electricos-en-Mexico

El informe es claro y contundente: en el séptimo mes del año, se comercializaron 10,612 vehículos de nueva tecnología, lo que representa una caída del 5% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este descenso se produce en un contexto ya de por sí desafiante para la industria automotriz nacional, que ha encadenado cuatro meses consecutivos con ventas negativas. La desaceleración en el segmento de vehículos eléctricos y electrificados no solo es un dato estadístico, sino un reflejo de una serie de factores que merecen un análisis profundo.

A pesar de este tropiezo puntual, es importante mantener la perspectiva. El acumulado del año, de enero a julio, sigue mostrando un saldo positivo, con un crecimiento del 17.4% en comparación con el mismo periodo de 2024. Esto nos indica que, si bien la velocidad ha disminuido, la dirección sigue siendo la de la electrificación. Sin embargo, este "frenazo" en julio no puede ser ignorado. Representa una señal de alerta para los fabricantes, los distribuidores y, sobre todo, para los consumidores que están considerando dar el salto a un vehículo más eficiente y amigable con el medio ambiente.

¿Por qué se desaceleran las ventas?

El mercado mexicano presenta una serie de particularidades que influyen directamente en la adopción de vehículos de nueva tecnología. A diferencia de Europa o Estados Unidos, donde las políticas gubernamentales y la infraestructura de carga están más avanzadas, en México la transición enfrenta obstáculos significativos.

Uno de los principales desafíos es el precio. A pesar de la creciente oferta de modelos, los vehículos híbridos y eléctricos siguen siendo significativamente más caros que sus contrapartes de combustión interna. Modelos como el Ford Mustang Mach-E o la Chevrolet Blazer EV, si bien ofrecen un rendimiento y tecnología de punta, se encuentran en un rango de precios que los hace inaccesibles para la mayoría de los consumidores. A esto se suma el factor de la depreciación, que aunque se está estabilizando, sigue siendo una preocupación para los compradores.

La infraestructura de carga es otro de los grandes "peros". Aunque cada vez hay más estaciones de carga, la red no es tan densa ni confiable como la de las gasolineras. La "ansiedad por el rango" —el miedo a quedarse sin batería en un viaje largo— es una barrera psicológica real para muchos consumidores. Si bien los híbridos y los híbridos conectables ofrecen una solución a este problema, al contar con un motor de gasolina como respaldo, los vehículos 100% eléctricos aún no son la opción más práctica para aquellos que viajan con frecuencia a zonas rurales o a ciudades con una infraestructura de carga limitada.

Además, la falta de incentivos fiscales y gubernamentales juega un papel crucial. A diferencia de otros países donde se ofrecen subsidios directos o exenciones de impuestos a la compra de vehículos eléctricos, en México los beneficios son más limitados. Si bien existen programas como el "Hoy No Circula" ampliado para vehículos híbridos y eléctricos en algunas ciudades, no son suficientes para compensar la diferencia de precio y motivar a un cambio masivo en los hábitos de consumo.

El panorama de la oferta: ¿Qué opciones tiene el consumidor?

A pesar de los desafíos, la oferta de vehículos de nueva tecnología en México es cada vez más amplia y diversificada. Marcas como Toyota, que con su icónico Prius ha liderado el mercado de híbridos durante años, siguen apostando por este segmento. El Toyota Prius es un ejemplo de un híbrido que combina eficiencia de combustible con un diseño moderno y un precio más accesible que el de un vehículo totalmente eléctrico.

En el segmento de los híbridos conectables, o PHEV, la variedad también crece. El Jeep Wrangler 4xe es un claro ejemplo de cómo la tecnología híbrida puede convivir con el espíritu aventurero y todoterreno. El Jac Traveller PHEV, por su parte, demuestra el compromiso de las marcas chinas por introducir modelos eficientes y con una buena relación calidad-precio en el mercado mexicano.

Por el lado de los vehículos 100% eléctricos, la competencia se intensifica. El Ford Mustang Mach-E y el Chevrolet Blazer EV, mencionados en el informe, son solo dos de los muchos modelos que buscan conquistar al consumidor que está listo para dar el salto total. Estos modelos no solo son eficientes, sino que también ofrecen un alto nivel de tecnología, rendimiento y seguridad, posicionándo como una alternativa real a los vehículos de combustión interna de alta gama.

Sin embargo, el éxito de estos modelos no depende solo de sus características técnicas. La decisión de compra del consumidor final está influenciada por una serie de factores que van más allá del precio y el rendimiento. La imagen de marca, la disponibilidad de servicio postventa, la garantía de la batería y la facilidad de encontrar un taller especializado en este tipo de vehículos son aspectos que el consumidor evalúa antes de tomar una decisión.

¿Qué depara el futuro?

El "Stop" de julio de 2025 es una llamada de atención para toda la industria. No se trata de un problema insuperable, sino de un obstáculo que requiere una acción coordinada entre el sector público y privado. Para que la transición hacia una movilidad más sostenible sea una realidad en México, es necesario abordar de manera frontal los desafíos que hoy limitan el crecimiento.

Se requiere una política pública más sólida y ambiciosa. El gobierno debe considerar la implementación de incentivos fiscales más atractivos, no solo para la compra de vehículos, sino también para la instalación de infraestructura de carga en hogares y espacios públicos. La colaboración entre el sector privado y el gobierno es clave para acelerar la construcción de una red de carga confiable y accesible en todo el país.

Los fabricantes y distribuidores, por su parte, tienen la responsabilidad de educar al consumidor y desmitificar los temores relacionados con los vehículos eléctricos y electrificados. Ofrecer planes de financiamiento más accesibles, garantías extendidas para las baterías y paquetes de servicio que brinden tranquilidad al cliente son estrategias que pueden marcar la diferencia.

A pesar de los desafíos, la tendencia global es imparable. La movilidad eléctrica es el futuro, y México no puede quedarse atrás. El retroceso en julio no es el fin del camino, sino una pausa para reflexionar y ajustar el rumbo. Con un esfuerzo conjunto, la industria automotriz mexicana puede superar este bache y retomar la velocidad, acelerando hacia un futuro más limpio y sostenible para todos. El reto está planteado, y la respuesta dependerá de la capacidad de adaptación y colaboración de todos los actores involucrados, desde los gigantes automotrices hasta el consumidor final. La decisión de compra de un solo vehículo es un pequeño paso, pero en conjunto, pueden marcar la diferencia y construir un México con un aire más limpio y un futuro más brillante.

Lee y descarga todas nuestras publicaciones

Consulta la revista que te interese y selecciona la que quieras descargar. ¡Es completamente gratis!