México se encuentra en un constante estado de efervescencia y transformación, un dinamismo que se evidencia particularmente en el segmento de vehículos comerciales ligeros, donde las camionetas pick-up han escalado posiciones hasta convertirse en protagonistas indiscutibles del mercado. En este escenario de crecimiento acelerado y competencia intensificada, la marca JAC México ha lanzado un desafío directo al statu quo con la presentación de su más reciente contendiente: la pick-up Frison T5 de cabina sencilla, una propuesta audaz que lleva el codiciado sello de "Hecho en México". Este movimiento estratégico no es simplemente la introducción de un nuevo modelo, sino una declaración de intenciones que subraya el compromiso de la marca con la producción y el ensamblaje local, buscando capitalizar la creciente demanda y el sentimiento de preferencia por productos con contenido nacional.

La relevancia de este lanzamiento se magnifica al considerar el objetivo explícito de JAC: disputarle la corona al vehículo más vendido de su categoría y uno de los líderes de ventas a nivel nacional, la Nissan NP300, conocida popularmente en México como la "estaquitas". Esta camioneta de Nissan ha mantenido un dominio férreo en el sector, consolidando su posición como la más comercializada en el país, un testimonio de su fiabilidad y penetración en el mercado de trabajo. De acuerdo con las cifras disponibles, la NP300 acumula un impresionante volumen de ventas que la coloca consistentemente en el Top Ten de vehículos más vendidos en México, con decenas de miles de unidades comercializadas en lo que va del año. Sin embargo, JAC, con su nueva Frison T5, no solo busca ofrecer una alternativa, sino que ataca con una combinación de atributos diseñada para ser irresistible para el consumidor consciente del valor y la funcionalidad.
La presentación formal de la Frison T5 tuvo lugar en el marco de la Expo Transporte 2025, evento clave organizado por la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), un foro idóneo para destacar su origen y su vocación de trabajo. El director general de JAC México, Isidoro Massri, fue el encargado de develar los detalles de esta pick-up, haciendo hincapié en su naturaleza de producto ensamblado en territorio nacional, específicamente en la planta de Giant Motors en Ciudad Sahagún, Hidalgo. Este centro de producción se ha preparado para responder con agilidad a la demanda que el mercado genere, demostrando que la inversión reciente de la automotriz chino-mexicana para la expansión de su capacidad de manufactura no es casualidad, sino parte de una visión a largo plazo. Massri puntualizó que la capacidad instalada de la planta es significativamente mayor, triplicando el volumen de ventas actual de la marca, una reserva estratégica que sugiere una ambición de crecimiento considerable en los próximos ciclos.
Uno de los pilares de la estrategia de JAC para esta nueva incursión es, sin duda, la accesibilidad de precio. La Frison T5 se posiciona de manera sumamente competitiva, ofreciéndo con un costo inicial que la convierte, de manera categórica, en la pick-up más accesible disponible en el mercado mexicano. Con precios que arrancan por debajo de los cuatrocientos mil pesos para la versión con chasis y ligeramente por encima para la variante con cabina completala diferencia de costo con su principal competidora, la Nissan NP300, que se comercializa con un precio de entrada superior, es sustancial. Esta ventaja de precio no es un factor menor, especialmente en un segmento donde el costo total de adquisición y la rentabilidad de la inversión son consideraciones primordiales para los dueños de negocios y flotillas.
El desarrollo de la Frison T5 es un claro ejemplo de la agilidad que caracteriza a la industria automotriz en la era actual, un proceso que Massri describió como una colaboración internacional de dos años y medio, con participación de ingeniería tanto en China como en Japón. Lo fundamental es que este modelo se construyó sobre la base probada de la plataforma que sustenta a la T8, la pick-up de mayor venta de la marca en México, lo que permite aprovechar una arquitectura conocida y confiable. El esfuerzo se centró en la optimización y el desarrollo específico de cada componente vital para este segmento de trabajo: la cabina, la batea de carga, la estructura, la garantía, y de manera crucial, la selección del grupo motriz.
En términos de capacidades de desempeño, la Frison T5 no se queda atrás de las expectativas del segmento. Está equipada con un motor 2.0 litros turbo con cilindros, una configuración moderna y potente diseñada para maximizar la eficiencia en el transporte de carga. De hecho, supera a su rival en el atributo clave de la capacidad de carga, ofreciendo a los clientes la posibilidad de transportar hasta 1,400 kilogramos, un valor que se sitúa por encima de la NP300. Esta superioridad en la capacidad de arrastre y transporte es un argumento de venta formidable, especialmente dirigido a aquellos usuarios que requieren el máximo rendimiento de carga sin comprometer el presupuesto.
La decisión de JAC de entrar de lleno en este nicho es un reflejo de las tendencias macroeconómicas y sectoriales que se viven en el país. El segmento de las pick-up ha experimentado un crecimiento acelerado, escalando hasta desbancar a los vehículos compactos del tercer puesto en la comercialización total de vehículos ligeros. Las cifras de la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA) confirman esta tendencia, mostrando un crecimiento acumulado sólido para el sector en el año en curso, con niveles de ventas que han marcado récords tanto en las cifras mensuales como en el total acumulado. Este florecimiento del mercado de las camionetas es una señal clara de la necesidad de vehículos utilitarios y de trabajo en el contexto de una economía que demanda soluciones de transporte robustas y eficientes.
La visión estratégica de JAC México, como la articuló Isidoro Massri, se centra en una máxima sencilla pero poderosa: "tengo el producto correcto en el momento correcto, tecnología y precio correcto, le entró al negocio". Esta filosofía resuena con la realidad de una industria que se mueve a pasos agigantados. El panorama actual se caracteriza por la incertidumbre y el corto plazo, una realidad en la que las estrategias de antaño, basadas en ciclos largos y estables, han sido reemplazadas por la necesidad de una respuesta inmediata y flexible a las demandas del consumidor. La producción y el ensamble nacional, con un contenido local que fluctúa entre el 25% y el 30% (incluyendo autopartes de origen chino y piezas de proveedores nacionales), no solo genera empleos y valor agregado en México, sino que también permite una mayor agilidad en la cadena de suministro y una mejor adaptación a las especificaciones del mercado local.
La apuesta de JAC con la Frison T5 es, por lo tanto, un movimiento multifacético. Es una inyección de producción nacional en un segmento clave, una demostración de que la inversión en la capacidad de ensamble en Hidalgo está rindiendo frutos, y una confirmación de la voluntad de la marca de competir frontalmente con los gigantes establecidos del mercado mexicano. Al ofrecer una propuesta de valor superior en términos de capacidad de carga y, crucialmente, una ventaja de precio inigualable, JAC no solo se posiciona como un jugador relevante, sino que redefine el estándar de accesibilidad en el segmento de las pick-up de trabajo. El futuro de este nicho en México promete ser una batalla fascinante, y la pick-up Frison T5, con su sello de "Hecho en México", está lista para ser una protagonista central en esta contienda automotriz.
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